Hoy, pues como no hablar de una de las advocaciones más importantes y más queridas para América Latina y el mundo, como no hablar de la morenita, la patrona de América, el sol del Tepeyac, nuestra Madre de Guadalupe. Qué no solo es una advocación más, es la mujer que transformó la historia de América y hoy por hoy sigue transformando la vida de los pueblos que se acogen a ella.
En el momento de su
aparición, transformó la historia del pueblo indígena de México, evitando que
murieran, cientos, miles de indígenas y reconcilió a la Iglesia de España con
este pueblo que estaba sufriendo tantos y tantos atropellos.
Con respecto a otras
apariciones de María, el mensaje de la Virgen para Juan Diego no es muy
extenso, al menos no en Palabras. Recordemos que ella le habló directamente a
los Indígenas en su dialecto, con sus tradiciones, con toda la simbología que
hacía parte de su cultura. Hay una característica de la Virgen de Guadalupe,
que no deja de turbarme, cada vez que pienso en ella. Además de todas las cosas
que hay a su alrededor, y que si habláramos de cada una, no nos alcanzaría el
tiempo; entre todo el códice que representa su imagen, en el vientre de la
virgen de Guadalupe, hay una flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin y es el
símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo nátuahl y
representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del
tiempo.
Esta flor no solo fue
un mensaje para todos los indígenas, fue un mensaje a las mujeres indígenas.
Estas mujeres, por tradición de su pueblo, tenían que sacrificar a sus hijos
para los dioses y deidades, para evitar ambrunas o guerras y en el momento de
la aparición al existir tantas muertes de los indígenas a manos de los
españoles, el número de niños sacrificados era muy alto, por lo que el mensaje
iba directamente a esas mujeres.
María les dijo de
manera explícita: El hijo que llevo en mi vientre es el hijo del sol, el único
Dios verdadero y yo lo entregué en sacrificio para la salvación del mundo, su
muerte nos trajo la vida y ya no es necesario que sacrifiquen más sus hijos.
Entiendo su dolor, entiendo cuanto se sufre con la pérdida de un hijo, por eso
no tienen que sacrificar más sus hijos, con el sacrificio del hijo del único
Dios, ha quedado saldada toda deuda y se ha redimido la humanidad.
Es por eso que María
de Guadalupe es la patrona de los no nacidos, porque estos niños que a diario
son abortados en todo el mundo, son la representación del sacrificio de una
sociedad del descarte, como lo ha dicho el Papa Francisco, que ya no valora la
vida y lo que representa. Una sociedad que se está quedando estéril, donde la
vida ya no florece y donde lo verdaderamente importante ha perdido su valor.
Por eso el mensaje de
la Virgen de Guadalupe va también a todas las mujeres del mundo, no es
necesario más sacrificios, yo hice el único sacrificio redentor y por el
futuro, no te preocupes, “NO ESTOY AQUÍ QUE SOY TU MADRE?”
Hoy quiero hacerle un
homenaje a esta Morenita, tan cercana, tan querida por todos, porque que con su
aparición, no solo cambió la vida de esos indígenas, que después de su
aparición se convirtieron por millones, contrarestando todos los fieles
perdidos por la reforma de Lutero; sino que aún cambia de la vida de millones y
millones de personas en el mundo, que la conocen y la aman y que a través de su
mensaje, se acercan a Cristo, centro de nuestra historia.
Yo tengo un cuñado,
que tuvo la fortuna de ir al templo dedicado a la Virgen de Guadalupe, en el
cerro de Tepeyac, y nos contaba a su regreso, que cuando se acercó al altar
donde está la imagen original de la Virgen, había un campesino arrodillado,
hablando con la imagen como se habla con una madre. Las palabras del campesino
no eran elaboradas u oraciones preparadas, hablaba del corazón y hablaba con
tal naturalidad y confianza, que todo lo que decía le salía verdaderamente del
corazón. Esa es nuestra madre del cielo, ella es cercana a nosotros, nos ama,
somos sus hijos y es nuestra madrecita, la bella mujer que nos acerca todos los
días a Dios.
Y con San Juan Pablo II
quiero terminar con la siguiente oración:
"Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la
Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los
que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te
dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y
silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te
consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que
todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una
plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos,
para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor
y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda
hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones
de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los
misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida
que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del
Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras
familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros
hijos"